Tienen con quién quedarse a festejar

El pasado sábado, No Te Va Gustar ofreció un show de más de dos horas en el Estadio cubierto de Argentinos Juniors. Además de los clásicos, presentaron un tema nuevo y anunciaron una fecha en La Plata para el mes de noviembre.

No lo soñaron. O sí. Lo cierto es que el 2008 se les ofreció mejor que nunca. El constante crecimiento por el que venían transitando, había logrado otro importante hito con su llegada al Luna Park, el pasado mes de julio. Pero –como nos viene demostrando hace ya varios años– el rock uruguayo no se conforma fácilmente. Por eso, el último sábado No Te Va Gustar regresó a la city porteña, para presentarse en el Estadio Malvinas Argentinas y dar revancha a quienes habían quedado fuera de aquel festín lunático.

Esa noche, Buenos Aires se mostraba como una postal fría, húmeda y gris; una gélida llovizna se encargaba de penetrar violenta y pertinazmente los huesos, esquivando los pullóveres, bufandas y medias que se encontrara en el camino. Sin embargo, nada parecía importarle a cada una de las manos embolsilladas y las cabezas encapuchadas que lentamente iban acercándose a la calle Gutenberg.

Cuando las luces se apagaron y un tono rojizo envolvió el escenario, habían pasado apenas unos minutos de las 21.00. Comenzó entonces “El oficial“, a la cual le siguió “Verte reir“, endulzada con algunos versos de “Ala delta“, de Divididos. Lamentablemente, no tardó en llegar el ridículo “Somos argentinos, somos uruguayos, pero chilenos no” de la garganta de ciertas voces que todavía no comprenden el mensaje de unidad latinoamericana que los músicos rioplatenses predican.

Como estreno de la noche sonaría “Niño“, futura pieza de su próximo disco, con título aún incierto. Claro que en la era Taringa poco resto queda del concepto “inédito” y gran parte del estadio demuestra conocer cada verso del nuevo tema.

“Esta canción va dedicada a todos los que se vinieron de Uruguay”, diría Emiliano Brancciari antes de comenzar con “Cielo de un solo color“, previa introducción instrumental de “Se va la murga“, del maestro Jaime Roos.

El predio se veía densamente teñido se remeras charrúas; desfilaban La Vela Puerca, Cuarteto De Nos, Abuela Coca y Once Tiros, entre otras, logrando esta última el mayor protagonismo cuando en un momento de la noche el público entonó los versos de su tema “Maldición“. Entonces, un saludo especial desde el escenario viajaría hacia el otro lado del charco.

Luego de la interpretación de “Esos ojos“ (tema viejo, pero jamás incluido en un disco, que actualmente puede descargarse desde su página web), el show tomaría un color capaz de descolocar a más de uno. Luces espásticas, eléctricamente azules, sonidos computarizados y una chica revoleando fervientemente su botellita de agua mineral, invitarían a imaginar la atípica versión de una Creamfields made in Paternal. De esa manera sonaría “Te voy a llevar“, como siempre arrastrando fragmentos de la ricotera “Todo un palo“.

Llegando el final, el trompetista Martín Gil promocionaría el Festival Clandestino, a realizarse el 21 de septiembre en el mismo estadio, y engancharía así el clásico reggae “Voy“, como “para ir anticipando la fiesta”.

Eran las 23.15 cuando los aplausos finales despedían la enérgica “Fuera de control“ y la banda lanzaba púas y palillos al campo. Entre abrazos y saludos, anunciarían un próximo recital en la ciudad de La Plata para el próximo 22 de noviembre y abandonarían de esa manera el escenario, envueltos de un “amor y cariño” que no se cansarían de agradecer. Porque el ascenso de No Te Va Gustar muestra síntomas de querer seguir traspasando ríos, mares y océanos por mucho tiempo más; y, evidentemente, este fuerte viento que sopla, es para ellos.

Carolina Rosales

Foto: Nicolás Fernández