Las manos santas van a España

El pasado fin de semana, los aguerridos hombres de Las Manos de Filippi se presentaron en el Salón Pueyrredón para despedirse de su público antes de la gira que los hará recorrer más de una decena de ciudades de España. ¡Venga hombre, y lea!


La luna ya corona el último domingo de agosto. Mientras se alejan las noches bajo cero y se acercan lentamente los aires primaverales, la fila se va armando en las puertas del Salón. La espera se avecinaba casi eterna pero por suerte no tardan en caer las charlas entre los desconocidos y con ellas, el tiempo avanza con velocidad. Tanto que son ya como las 10 y el local se abre de par en par.

Un poco de tic, un poco de tac, y el pajarito emerge de su jaula para anunciar que ya son las 11 de la noche y los músicos de Las Manos de Filippi, que hasta entonces se mezclaban entre parloteos con el público, salen a escena.

“Organización”, “I.P.H.G.” (Insurrección popular huelga general) y “Los métodos piqueteros”, los tres del LP “Hasta las manos. I.P.H.G.” (2002), abren la lista, y con ella una mezcla de puños en alto que acompañan las letras combativas que caracterizan a la banda desde sus remotos inicios, y con pasos de los más variados que combinan a la perfección con los toques de salsa y cumbia que suenan en cada canción, se contagian entre la audiencia dominguera.

“¡Buen viaje loco, traigan regalitos de España, y euros!” suplica uno desde abajo. Y ahí nomás se largan, como para agasajar el inminente cruce de océano, con temas de los más viejitos y festejados. “Biblias”, Las tetas de Batato”, “Ballenas”, “Latino”, “Droop”, “La selección Nacional” y “La puntera Rosa” suenan una atrás de la otra y recorren un pedazo de la historia. De la de ellos y de la de todos. La iglesia, la política, la dictadura, la represión, la lucha, la sociedad, la denuncia. Un transitar por las últimas décadas del país desde la visión de una banda de rock es algo de lo que pasa en un recital de Las Manos.

Y también pasan otras cosas. Agrupación Mamanis, por ejemplo, que a la manera de muñeca rusa, es una banda dentro de otra, una suerte de seudónimo que han elegido los de Las Manos para darse el lujo de crear una serie de cumbias alucinógenas que también rockearon el Salón. “Ahora se vienen algunos temitas de Mamanis, así que relájense, ármense el trencito” alienta Cabra, voz y lírica de la agrupación, quien, junto con Pecho en trompeta y Charly en saxo, arman un trío impecable y se divierten de lo lindo al son de “El himno del cucumelo”, “Hongo x hongo”, “Punta de Gente”, “Salchicha Chica” y “Pibe divino”.

Ya casi llegando al final suena “Sr. Cobranza” y le abre paso a cuatro temitas, “Working”, “Música”, “Gracias por ser amigo de Bush” y una de las favoritas, “Cromañón”, de la nueva producción “Control Obrero” que, editada durante el 2007, muestran el lado más rockero de la banda, y el paso adelante del trío que conforman el bajo (Pablo Ochiuzzo), batería (Juan Gisower) y guitarra (Gaspar Benegas). Para el cierre y último “hasta luego”, la siempre vigente “Cutral-Có”, con su “hay que matar al presidente, presidenta”, actualizada irónicamente por el Cabra, quién, acto seguido, suponemos se habrá ido a hacer las valijas para partir hacia el Estado Español (así lo anuncian en su nueva página Web) donde además de realizar un sinfín de presentaciones, editarán un disco por primera vez, “Los Métodos Piqueteros”, una recopilación de canciones de Las Manos de todos los tiempos, que será llevado a cabo por el proyecto Newton Las Pelotas!

Y así se despidieron LAS MANOS DE FILIPPI. Bien potentes, divertidos pero sin perder la denuncia y la lucha que ya lleva más de 15 años de historia, 6 discos grabados en el haber y que augura un septiembre completo de gira por el viejo continente. Hasta la vuelta entonces. ¡Y olé!

Renata Jara
Foto: Cristian Seligmann