Tu veneno
La legendaria banda WHITESNAKE se presentó por tercera vez en el país, esta vez con nuevo material bajo el brazo. Dos estadios repletos y miles de fanáticos se acercaron al Luna Park para demostrar que la serpiente está más viva que nunca
Si bien WHITESNAKE ya había visitado el país en dos oportunidades, esta fue una especie de revancha. Las anteriores presentaciones se habían dado en el marco de festivales, y en aquellas ocasiones DAVID COVERDALE, vocalista de la banda, no estaba en óptimas condiciones. La tercera es la vencida, dicen. Y un estadio agotado y otro bastante lleno lo demuestran.
Entro temprano y está sonando LA CARGA, la banda soporte. Y me doy cuenta de dos cosas:
1- Que la banda solo se creó con la función de ser soportes. Los he visto con cada agrupación clásica que ha pisado el país (DEEP PURPLE, ALICE COOPER, JETRHRO TULL, etc...), pero nunca he escuchado de una fecha de ellos solos. A esta altura ya conozco todos los temas.
2- Todavía hay gente que usa los buzos atados a la cintura. No me sentí el inadaptado de siempre.
Pero quiero ver a la serpiente. Las luces se apagan al ritmo de “My Generation”, de THE WHO. Y ahí están todos. Y está DAVID con su melena intacta. Es de carne y hueso nomás. Y suena el primer acorde de “Best Years”, de su flamante disco “Good to be bad”, el primero en casi ¡20 años! No. “Restless Heart”, para mí no cuenta. Tibio comienza que es interrumpido por los clásicos “Fool for your loving” y “Bad Boys”.
La monada festeja todas las canciones. De todas maneras, DAVID parece más concentrado en las representantes femeninas de la audiencia que en la muchachada. Pero claro, si él elogia a una chica del público por su delantera es un capo, si lo hago, yo soy un desubicado. Beneficios de los rockeros.
¿Y vocalmente cómo está? Perfecto. Ya no tiene 25 años, pero no tiene problemas en llegar a las notas altas, aunque él mismo se da cuenta de sus limitaciones. De hecho hacia el final del show lo que toma para hidratarse es una tacita de te. Estos músicos ya no son lo que eran.
La banda se luce y cumple, sin despliegues de virtuosísimos exagerados. Obviamente que cada uno tiene su momento para lucirse durante los interminables solos. Hay gente que se maravilla, a otros nos aburre. Cuestión de gustos, supongo.
El repertorio es genial. Desde los rockitos clásicos (“Crying in the rain”, “Give me all your love tonight”), momentos intimistas (la genial “The deeper the love” en versión acústica) y los temas grasas de FM que los fans más “true” reniegan (“Is this love”, “Here I go again”). La verdad, no me importa. Están buenísimos y salto como loco. Basta de la pose.
Para el final llega el rock and roll de verdad con “Still of the night”. Se arma un mosh y piñas van, piñas vienen. Pero luego viene la tormenta, al fin. “Burn”, para recordar las épocas en las que DAVID era el vocalista de DEEP PURPLE (recordemos que reemplazó a IAN GILLAN luego de su partida). Uno de los 10 mejores temas de la historia, no acepto discusiones. Y si bien no estoy viejo, el pogo violento ya no es para mí. ¿Pero cómo resistirse a tan hermosa sinfonía? Entonces me mando y vuelvo a tener 15 años. Y finalmente caigo rendido. Y parece que la banda también.
OK, no tocaron esa versión a capella de “Soldier of fortune” (que sí hizo el día anterior) pero no importa. La banda vino y pateó cabezas para demostrarle a las nuevas generaciones y a los eternos detractores cómo se rockea en vivo. Y vaya si lo saben hacer.
Y así pasó el show de WHITESNAKE en Argentina. Hasta ahora, los shows vieja escuela del año (PURPLE, MAIDEN, OZZY) son los que más han dado que hablar. Signo de que, a fin de cuentas, viejos son los trapos.
Foto: Fernando Fernández
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