Revancha
Hace casi un año salió "Luca, la película". Esperaba por ese momento desde que la revista La Mano puso a Prodan en su tapa de agosto del 2006, anticipándose a la película -y no como dicen los de Rolling Stone, que apenas si la anticiparon un mes antes- presentando el trailer. Ese minuto y pico me dejó caliente, debo confesar. Las fotos inéditas que presentaba el ejemplar, también, claro. Luca de niño, Luca con un corte de pelo parecido al mío y una cámara de fotos colgándole, Luca con anteojos, armónica y guitarra. Un buen puñado de polaroids para aumentar la colección.
Sin embargo, saber que se estrenaría en el Roxy me daba mala espina. Me imaginaba un auditorio lleno de gente gritando como si fuera un recital. Y era una biopic de la máxima estrella del rock nacional, que está muerto. Eso merece respeto, silencio absoluto, ni siquiera un aplauso al final. Sólo quería escuchar lágrimas rodando por la piel de las mejillas. Las sucesivas funciones eran en el mismo plan: en lugares para muchísima gente. No me interesaba ver como algunos creían revalidar su pasaporte del palo yendo a ese evento.
Ella coincidía conmigo, los dos nos negamos a eso y convenimos esperar la aparición del dvd. Quizás la veríamos juntos, es posible. Aunque yo, realmente, siempre tuve la idea de verla solo. Y eso hice la mañana del sábado, después de un primer intento el viernes por la noche. La rutina de la semana no permitió que pasara de la pantalla de título. Los acordes de la versión solista de "Regtest" fueron una bellísima canción de cuna.
No me voy a hacer el yo-me-sabía-todo, ni siquiera conocí a este tipo. Sabía de la existencia de las cartas-casette, pero nunca había escuchado más que pedacitos perdidos por ahí, sin hilar. Rodrigo Espina y sus compañeros supieron qué hacer con eso. El guión es impecable, pero de eso me di cuenta recién al final de la película. Pensaba: "Qué desparejo, son todos datos pegoteados nomás". No fue hasta que sonaron los acordes de "White trash" que me cayó la ficha: Luca es un rompecabezas gigante y complejo; nunca nadie podrá completarlo, pero todo aquello nuevo que aparezca, sirve para entenderlo cada vez un poquito más. La película es una pieza bastante importante y toca no sólo en las fibras sensibles de quién la vea, sino también en la de los protagonistas. Por ejemplo, es emocionante ver a ese amigo de Luca -que en algún lugar del cerebro me surgió si realmente fue amigo de Luca, vaya a saber uno por qué el motivo de la desconfianza- oyendo la cinta que en la que el incipiente cantante le pide a sus allegados noticias sobre este muchacho, quién se encontraba perdido en la heroína. En los extras que vienen con el dvd, aparece una escena en la que Stephanie Nuttal se quiebra al leer la carta que Andrea Prodan le escribió para informarle de la muerte de su hermano. Y lloré, sí, en esa misma escena, cuando Alejandro Sokol cuenta que fue lo que hizo al enterarse, por radio, del deceso de su amigo. Él también lloraba.
Como siempre ocurre en estas ocasiones, voy corriendo a buscar mis discos, libros, revistas, recortes, fotos y todas aquellas micropiezas. Le doy lugar a esto nuevo que incorporo, a los temas previamente inéditos, a las anécdotas, a los distintos tonos de voz de Luca. Me quedo con una frase del realizador, que al referirse a los extras que quedaron afuera de la edición original y ahora están en el dvd, dice que esta aparición hace justicia con la película, que es una gran revancha. Lo es para mí también. Pude verla, solo, en silencio. Como yo quería.
5 comentarios:
Muy lindo esto.
Yo tambien me lo compre! no lo vi en el cine esperandolo verlo en casa.
?????????
Que poco periodístico esto de hablar en primera persona en una nota. De dónde los sacan a estos pibes?????
Pepino, el blog tiene un tono más informal. Relajate, tomatelo con soda :)
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