De fichas y tableros
No claro, ya no le interesa a nadie, esta juventud de ahora tiki tiki a los jueguitos electrónicos y dale que dale como zombies solitarios mirando la televisión con el mundo cayéndose a sus espaldas... Nunca vivieron lo lindo que era juntarse todos alrededor de la mesa, abrir esa desvencijada caja de cartón y empezar a sacar, una por una, cada fichita, buscando en los rincones para que no se perdiera ninguna, aunque eso fuera inevitable.
Y abrir el tablero, y que yo juego con el azul, y que a quién le toca empezar, que tirá los dados, que no vale porque se me fue al piso y tiro de nuevo, que no, que ya te había salido un uno y ahora te jodés y empiezo yo, que no era así, que agarrá el reglamento y leé, vas a ver que si contesto mal tengo otra chance. Que yo ya jugué miles de veces y me lo sé de memoria.
De fondo habías puesto un disco que ya se repetía incansablemente pero nadie tiene ganas de levantarse a cambiarlo. O mejor dicho, ya nadie lo escucha. Y siempre tu pregunta es la más difícil, los dados están en tu contra, el reloj de arena cae más rápido cuando es tu turno y tu misión es la más complicada de todas. Y claro, te tocaron unos países muy malos.
Y así, entre risas y discusiones, te pasabas toda una tarde jugando y viendo cómo ganarle al de al lado, o al de enfrente, o al que te había ganado la vez pasada, o te había robado las últimas galletitas de la mesa.
Y que no dejen todo tirado che, ayúdenme a guardar que vamos a querer jugar de nuevo y si se me pierden las fichitas, sonamos.
Y abrir el tablero, y que yo juego con el azul, y que a quién le toca empezar, que tirá los dados, que no vale porque se me fue al piso y tiro de nuevo, que no, que ya te había salido un uno y ahora te jodés y empiezo yo, que no era así, que agarrá el reglamento y leé, vas a ver que si contesto mal tengo otra chance. Que yo ya jugué miles de veces y me lo sé de memoria.
De fondo habías puesto un disco que ya se repetía incansablemente pero nadie tiene ganas de levantarse a cambiarlo. O mejor dicho, ya nadie lo escucha. Y siempre tu pregunta es la más difícil, los dados están en tu contra, el reloj de arena cae más rápido cuando es tu turno y tu misión es la más complicada de todas. Y claro, te tocaron unos países muy malos.
Y así, entre risas y discusiones, te pasabas toda una tarde jugando y viendo cómo ganarle al de al lado, o al de enfrente, o al que te había ganado la vez pasada, o te había robado las últimas galletitas de la mesa.
Y que no dejen todo tirado che, ayúdenme a guardar que vamos a querer jugar de nuevo y si se me pierden las fichitas, sonamos.
6 comentarios:
No se si te sirve de consuelo (?), Vik, pero me dieron unas ganas tremendas de juntarme a jugar a algun juego de mesa este finde...
O me estoy poniendo vieja, o regrediente, o tus palabras me tocaron alguna porción de la memoria afectiva
Esto refleja de muy buena manera lo que se produce cuando uno se divierte con algo tan añejo pero no menos divertido que los juegos de mesa.
Lo ideal es saber cuando llevar uno de mesa o una play
Lo bueno a medida que uno crece es ir cambiando un poco las reglas, retocandolas para hacer el juego más atractivo, más competitivo... y que el que jugó mil veces, no tenga estrategia posible! jeje
Me dieron ganas de jugar al monopoly! Que hago con el trabajo que tengoooo???
No sé porqué lo siguen viendo como una cosa o la otra. Yo amo las dos. Lo que pasa es que el día tiene 24 horas y hay que elegir: o el TEG o un campeonato de PES 09 o el MONOPOLIO o un tenis a la WII. Todo no se puede.
Buenísima. ¡Me encantó Vicky! Y es tal cual decís... Pero estaría bueno empezar con los juegos de mesa y terminar descargando la bronca o euforia en la Wii. ¡¡¡Y que sea hasta las 9am, que tanto!!!
Hermoso vicky!!! de una, me quedo con los juegos de mesa de acá a la china y le declaro la guerra a la playstation!!
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