viernes, 19 de junio de 2009

El llanto de Beto

Con Beto charlábamos de rock, mientras tomábamos cerveza sentados sobre el cordón de una vereda de San Telmo, en verano, en ese tiempo en el que no trabajábamos y lo único que nos dolía era el verano, el viaje hasta ese punto de encuentro, la transpiración vejatoria. Ahí, a metros de esa misma esquina en la que Chayanne grabó el video de una canción, frente a un boliche de tango; ahí también se filmaron publicidades y, en una ocasión, comimos parte del abundante almuerzo que había para actores, extras y demás. Lo mangueamos y nos salió bien. Algo nos salió bien, a fin de cuentas.

La cuestión es que él me contó más de una vez algo que le pasaba y que yo no comprendía; pensaba que no estaba bien, pero por supuesto no se lo decía, porque lo respetaba y no quería herirlo. Él lloraba en los recitales. Se emocionaba tanto con esa canción, en ese momento de la noche, en ese momento de su vida, que aunque hiciera fuerza no podía sino llorar. Con Los Redondos era fija el llanto, me contaba; cuando sonaba "Un ángel para tu soledad", ah..., lo mataba y lloraba, lloraba. Nunca lo entendí; no era para tanto, me decía entonces. Pero había que verlo contarlo, con esa manera tan tierna y apasionada suya.

Fue un sábado, precisamente el 29 de noviembre de 2008, muchos años después de aquellos momentos en San Telmo. Ese día, en Colegiales, tocó El Vuelto. Anteriormente, siempre que lo vi al Bocha luego de lo que pasó con Las Pelotas lo encontré mal, flaco de más, con la mirada y los pensamientos perdidos. Y yo quería verlo bien, como de costumbre cuando lo íbamos a ver en los recitales. Y ese día, esa noche, en Colegiales, cuando apareció sobre el escenario y se puso a cantar y bailar "Hola, ¿qué tal?" y después se dejó poseer y nos poseyó por "Muchos mitos" y luego descontroló y descontrolamos en "Escaleras"... en ese momento de la noche, en ese momento de mi vida, aunque hice fuerza no pude evitar llorar, por la emoción y la alegría de ver bien, contento a ese loco al que quise como si fuese un amigo.

Fue un sábado, precisamente el 29 de noviembre de 2008, muchos años después de aquellos momentos en San Telmo, que entendí a Beto.

6 comentarios:

Vicky 19 de junio de 2009, 10:51  

Lindísimo Augusto.

Yo soy una Beta cualquiera, si habré llorado en medio de recitales!

Dalmita 19 de junio de 2009, 10:53  

Mezcla rara de angustia y cañita voladora

Querer llorar, querer recordar, querer volver a ver al Bocha, escucharlo cantar....y querer agradecerle a Do Santos por compartir su texto con nosotros

Hace un tiempo recordaba la ultima vez que lo vi, cara a cara, mano a mano, canto a canto
Yo estaba con los míos, y él con los suyos...

Vincent Vega 19 de junio de 2009, 17:37  

Una vez sola lloré en un recital y fue casualmente gracias al Bocha. Me emocionó mucho verlo cantar Ala delta con Divididos, en el Pepsi del 2005. Gran momento de un enorme recital.

nikki 19 de junio de 2009, 18:20  

Augusto, derramar una lágrima conmovida por ver al más rockero de la Argentina, dando todo precisamente por el rock, no te hace más que un gran rocker a vos también, de esos que lo llevan bien adentro. Más aun, si lo morfás el catering a Chayanne y a los que actuán para la sociedad de consumo.

Anónimo 20 de junio de 2009, 0:24  

No se que decir, solo muchas gracias.
Hace mucho tiempo que no nos vemos (como un año o más me parece), hace varios años que ya no nos vemos tan seguido como antes y realmente extraño esas tardes en San Telmo, comprandole Birra al viejo copado del almacen de la esquina y comiendo papas fritas o mani, mirando a la vieja loca que cuidaba autos, que a veces venia y nos hablaba cosas locas. Yo te quemaba el cerebro hablandote de la chica que me gustaba, siempre me escuchaste, gracias loco.
Me encantaria que nos volvamos a juntar a tomar fernet y a hablar de Luca y del bocha y solo hablar de lo que fuimos haciendo estos años en que no nos vimos.
El día que murio el bocha llore y desperte a mi hermano entre lagirmas y le dije que se habia muerto el bocha y fue como un mal sueño del que todavia no despierto. Espero mañana despertarme y leer que el bocha toca con Las Pelotas. Una de las primeras personas en las que pense cuando me entere de la muerte del bocha fue en vos y me conecte al MSN y volvimos a charlar despues de tanto tiempo, charlamos sobre el bocha y nos consolábamos mutuemente.
Una de tantas veces en 1998, fui a Cemento a ver a las pelotas y en medio del show, desde el escenario, el bocha me dio una botella de agua en la mano, ese día me miro a los ojos y yo lo mire y me dio la botella y fui feliz.

Nuevamente gracias.


Beto.

Peredo 27 de junio de 2009, 20:37  

si habré llorado en un show... muchas veces..
una grosa grosa fue la primera vez que vi a Pearl Jam en vivo, primer tema: RELEASE, desgarrador, mezclado con el viento frío de Santiago de Chile pegandome en la cara.. no podía contener tanta lagrima... esa letra estremecedora, el grito de vedder desde lo profundo, y yo pegadito a la valla, a metros de el, estirando las manos como intentando agarrar todo esa emoción y abrazarla.

que grosa es la música... pobre de los que no pueden emocionarse escuchando un tema.

genial Augusto por el texto.

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